martes, 12 de abril de 2011

"Pensaron que al entregarme a mi hija muerta me iban a aniquilar, pero seguí luchando con la fuerza del amor"

La presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela Barnes de Carlotto continuó, en la mañana de hoy, con su declaración en el juicio por “Plan sistemático de apropiación de niños”, que se había interrumpido el último 4 de abril, por cortes de luz.


Carlotto recordó cuando, junto a otras Abuelas, viajó a Brasil y se encontró con ex detenidos que habían estado con mujeres embarazadas en campos clandestinos de detención. En uno de esos viajes, Alcira Ríos, una ex presa, le contó que había estado detenida con “Rita”, como se apodaba la hija de Estela, Laura, y que efectivamente había dado a luz un varón.


“Me dijo que ella le había prestado una prenda interior, porque Laura no tenía y la iban a liberar”. Estela contó que Alcira le dio la buena noticia de que su nieto había nacido, pero ella le tuvo que dar la mala: “A Laura no la liberaron, la mataron”. Luego relató cómo se enteraron ella y su marido de que Laura había sido asesinada: “Recibimos una notificación de la subcomisaría 9ª, en la que nos pedían que nos presentáramos. Fue un viaje interminable, imaginábamos lo peor, luego, más positivamente, que encontraríamos a Laura y su hijo, al hijo... Cuando llegamos nos llevaron un despacho y nos mostraron el DNI de Laura y nos preguntó si la conocíamos. Le dijimos que era nuestra hija y él nos informó que había fallecido. Yo que no me sobresalto, comencé a gritarle '¡asesino!'”.


Cuando fueron a buscar el cuerpo Estela no pudo ver a su hija. “Mi marido me dijo que estaba irreconocible, que era mejor que me quedara con el recuerdo de vida”. Sin embargo, Estela levantó los diarios que la cubrían y alcanzó a ver el vientre perforado: “Se ve que le dispararon para no dejar rastro del embarazo”, reflexionó. El cuerpo de Laura estaba junto al de otro joven NN. El empleado del cementerio se quejó de que todo el tiempo le llegaban cuerpos que debía enterrar como NN y no se los pagaban. “Si ustedes no llegaban antes de las 12, yo la tenía que enterrar como NN”, cuenta Estela que dijo el hombre.


“Pensaron que al entregarme a mi hija muerta de 23 años me iban a aniquilar. Lejos de eso seguí luchando, con la fuerza del amor”, expresó la presidenta de Abuelas: “Seguí con las Abuelas”. Estela siguió con el relato de la búsqueda que emprendió con sus compañeras, quienes lentamente fueron sumando indicios que dieron cuenta de que los dictadores habían ideado un plan sistemático de robo de bebés. Al respecto, la presidenta de Abuelas citó una entrevista realizada a Ramón Camps por un medio español, en la que el represor afirmó que no había matado a ningún niño porque los entregaba a familias para que fueran “bien” criados.


“Mi compromiso, por el que hoy estoy acá, es para demostrar que hubo un plan sistemático de apropiación, para contar cómo ocurrieron las cosas porque tenemos pruebas de todo lo que afirmamos. Para que la historia se cuente como fue y para que no se repitan estas atrocidades”, quiso dejar en claro Estela.


“A estos hombres (los que están siendo juzgados) que reivindican los delitos que cometieron y no nos dicen dónde están nuestros nietos, espero que les caiga todo el peso de la ley. La justicia será la única forma de que esta democracia sea permanente y que nunca más se repitan estos crímenes”, concluyó.

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