El 28 de febrero de 2011 comenzó en la Ciudad de Buenos Aires el juicio oral y público en el que se investiga la existencia de un plan sistemático de robo de bebés durante la última dictadura argentina.
viernes, 16 de diciembre de 2011
“La trajeron como una incubadora”
viernes, 25 de noviembre de 2011
Cronograma actualizado de audiencias
Martes 29 de noviembre
9:30 Santiago Cao
10:00 José Antonio Maseda
María Elena Pólvora
Fabiana Alejandra Moschetto
Liliana Beatriz Costa
13:00 Gustavo Andrés Balvi
Patricia Fernanda Righetti
Marcos Taricco
Martes 20 de diciembre (videoconferencia)
9:00 Juan Antonio García Iruretagoyena
Alejandro Martín García Cassinelli
Vicen te Romero
14:00. María Cristina Bustamante
Miércoles 21 de diciembre
10:00 Aldo o Álvaro Nores Montedónico (videoconferencia)
Armando Nicolás Pérez
Mariana Iris Pérez
Patricia Erb
Lunes 26 de diciembre
10:30 Miguel Cabrera
Ernesto González
viernes, 18 de noviembre de 2011
Cronograma actualizado de audiencias
Lunes 21 de noviembre
09.30 Gabriel Mazzarovich (videoconferencia)
Rafael Eugenio Michelini (videoconferencia)
Beatriz Castellonese Techera (videoconferencia)
Orlinda Falero
Nilda Leguiza
Martes 22 de noviembre
09:30 María Estela Herrera
10:30 Graciela Velardez
Natividad Valenzuela
12:30 Washington Martínez Rodríguez
14:00 María Seoane
15:00 Marcos Taricco
Miércoles 23 de noviembre (Auditórium)
09:30 Marta Ybarra
María Isabel Díaz
Elena Vago
Matías Bertone
Juan Roger Rodríguez Chandari
Julia Haydee Campos
Martes 29 de noviembre
9.30 José Antonio Maseda
10:30 María Elena Pólvora
11:30 Fabiana Alejandra Moschetto
12:30 Liliana Beatriz Costa
14:00 Patricia Fernanda Righetti
15:00 Gustavo Andrés Balvi
15:30 Julia Olga Flores
Mariana Zaffaroni Islas: “Yo no me quería hacer cargo de mi historia”
Por Carmen Urzola Maldonado
Mariana Zaffaroni Islas, nació el 22 de marzo de 1975. Un año después fue secuestrada junto a sus padres, ambos uruguayos, en el marco del Plan Cóndor. Recién en 1993, tras hacerse el análisis de sangre en el BNDG, recuperó su identidad.
El 14 de noviembre testificó ante el TOF Nº 6, en la causa por Plan Sistemático de Apropiación de Menores. Allí, habló de sus traumas, de sus padres biológicos -Jorge Zaffaroni y María Emilia Islas-, de sus apropiadores -el agente de inteligencia Miguel Ángel Furci y su esposa Adriana-, y también vinculó con su apropiación al represor Eduardo Ruffo.
“Hasta los 17 años creí que me llamaba Daniela Furci. Después de recuperar mi identidad el proceso de adaptación fue bastante lento, yo no me quería hacer cargo de mi historia. Pero cuando nació mi hija, todo empezó a fluir con mi familia. Ahora, al ver personas parecidas a mí, tengo la sensación de pertenecer. Esto yo no lo había sentido nunca a pesar de que tuve una infancia feliz”, relató.
Mariana contó que Furci le dio diversas versiones sobre su apropiación: “Me dijo que él no trabajaba en Automotores Orletti, lugar de donde me retiró, y que iba eventualmente. Ruffo le dijo que allí había una nena pero que para sacarme debía hablar con Gavazzo y Gordon. En una de esas visitas dice que vio a una mujer encapuchada, que él supone que era mi madre. Se encontraba con varios niños. Me dijo que me había entregado Aníbal Gordon pero también me dijo que me había recibido de brazos de mi madre cuando estaba en el avión que la llevaría a Uruguay”.
La nieta relató que siempre tuvo pesadillas con olas gigantes y mucho miedo al ruido de los baños. Cuando le preguntó a Furci por la razón de sus temores, él le respondió que no sabía y que le consultara a Ruffo. “Me reuní con Ruffo y le pregunté que había pasado al momento del secuestro de mi familia pero me respondió que había estado en muchos operativos y que no recordaba mi caso en particular”, declaró.
Además, Mariana dio detalles sobre la búsqueda de su abuela paterna. “Se comunicó con el nuncio apostólico y con monseñor Pío Laghi. Me sorprendió mucho que Pío Laghi le dijera a mi abuela que no sabía nada porque en 1982 y 1983 Furci recibió tarjetas de él”, advirtió. Luego, la joven entregó al tribunal una carpeta que le dio su abuela María Esther Gatti de Islas, quien trabajó con Abuelas de Plaza de Mayo, con las Madres y con su familia hasta encontrar a Mariana. En esa carpeta está toda la documentación de las diferentes diligencias que hicieron para encontrarla y también hay una copia de la película “Por esos ojos”, que pone énfasis en el proceso de búsqueda que llevó a cabo su abuela durante 16 años.
Pero la búsqueda continúa. María Emilia Islas y Jorge Zaffaroni continúan desaparecidos. Según tres testigos, la familia esperaba su segundo hijo al momento del secuestro: al parecer María Emilia llevaba tres meses de embarazo.
miércoles, 16 de noviembre de 2011
Pruebas del plan sistemático
Uno de los documentos utilizados en la nota titulada “El embajador y el plan sistemático”, del 23 de agosto de 2002, por la que fue convocada la periodista, da cuenta de que el 3 de diciembre de
Luego del análisis político, Abrams introdujo el tema de los niños desaparecidos. En este asunto, obtuvo la simpatía personal de García del Solar pero el rechazo oficial del Gobierno, encarnado en el canciller –que por ese entonces era Juan Ramón Aguirre Lanari– y en quien ocupaba la usurpada presidencia, Reynaldo Benito Bignone.
“Yo sugerí que ese problema debería ser manejado por
En agosto de 2002, el Departamento de Estado de los Estados Unidos desclasificó 4677 cables sobre violaciones a los derechos humanos cometidas durante la última dictadura militar en
- Otros cables del Departamento de Estado citados en la nota publicada el 23 de agosto de 2002 y mencionados por la periodista de Página/12 durante su testimonio describen que en el año 1978 los funcionarios norteamericanos eran escépticos sobre la posibilidad de que los militares argentinos llegaran al punto de secuestrar niños o apropiarse de bebés nacidos durante el cautiverio de sus madres. “Nosotros sabemos que el gobierno argentino cree que los adolescentes son capaces de actividad terrorista y que hubo arrestos de adolescentes. (...) Miembros del gobierno declararon a miembros de la embajada que las operaciones no podían estar limitadas por la edad porque un grupo de adolescentes impresionables es un área fértil para la penetración de terroristas y subversivos. Se reportaron un número de casos de adolescentes desaparecidos. Creemos que fueron estos elementos los que originaron las declaraciones sobre chicos desaparecidos”, se asegura en un documento del 29 de septiembre de 1978.
El tiempo les fue demostrando que estaban equivocados. Durante 1979 se fueron incrementando las denuncias que recibían vinculadas a los niños desaparecidos. En un cable de enero de 1979 se mencionan 22 hechos, entre casos de adolescentes y niños pequeños, como Amaral García, de tres años, Pablo Menna, de dos, y Simón Riquelo, de 20 días. Dos meses después, aparece entre los papeles de interés del Departamento de Estado un informe de Amnistía Internacional de marzo de 1979 en el que se habla no sólo de niños desaparecidos sino también de posibles apropiaciones de bebés nacidos durante el cautiverio de sus madres. “Hay reportes no confirmados acerca de que a chicos secuestrados les fueron dadas nuevas identidades y enviados a adopción. Otro grupo de mujeres, que se hicieron conocidas como Abuelas de Plaza de Mayo, están buscando nietos que nunca vieron. Las Abuelas sólo saben que sus hijas o nueras estaban embarazadas cuando desaparecieron”, señalaba el organismo de derechos humanos antes de mencionar los nombres de las mujeres que podían haber dado a luz cuando estaban secuestradas, como Liliana Fontana, Silvina Parodi, Beatriz Recchia, María Claudia García Irureta Goyena, Ana María Lancillotto, Mónica María Lemos, entre otros.
- Según se desprende de otro documento, diecisiete días antes de la reunión entre Abrams y García del Solar, las Abuelas de Plaza de Mayo se habían reunido con funcionarios del Departamento de Estado. María Isabel Mariani –por entonces presidenta de la institución– y Estela de Carlotto –vicepresidenta (aparece como Carloti en el papel)– explicaron el 15 de noviembre de 1982 “que representaban a 117 abuelas cuyos 110 nietos fueron secuestrados con sus padres desaparecidos o que nacieron durante la detención de sus padres”. “Dijeron que hay probablemente 400 niños desaparecidos, pero que otros abuelos tienen miedo de denunciar. Las Abuelas no pudieron obtener ninguna respuesta del gobierno argentino sobre sus nietos. Agregaron que están convencidas de que sus nietos están vivos y que la mayoría están ya ubicados con padres adoptivos.” Finalmente, está el memo de la reunión entre Abrams y García del Solar. Allí ambos dan por sentado que los niños fueron secuestrados, que fueron entregados a “familias adoptivas”, y el embajador informa que el dictador Bignone se resistía a la propuesta del funcionario norteamericano que consistía en dar al tema una “salida humanitaria” (es decir devolverlos a sus familias) con intervención de una junta médica o de
viernes, 11 de noviembre de 2011
Cronograma actualizado de audiencias
Lunes 14 de noviembre
10:00 Lucía Zaffaroni
11:00 Mariana Zaffaroni
Lisandro Raúl Cubas (videoconferencia)
Martes 15 de noviembre
11:00 Victoria Ginzberg
Franciasco Cullari
Joaquín Castro
Paula Elena Ogando
Miércoles 16 de noviembre
FERIADO JUDICIAL
Lunes 21 de noviembre
9:30 Gabriel Mazzarovich (videoconferencia)
Rafael Eugenio Michelini (videoconferencia)
Beatriz Castellonese Techera
Héctor Di Pirro
Héctor Agustín Tebaldi
Isidoro Antonio Paradelo
Martes 22 de noviembre
10:00 Lorena Tasca
María Estela Herrera
Marcos Tarico
Santiago Cao
Miguel Cabrera
María Seoane
Miércoles 23 de noviembre (auditórium)
10:00 Graciela Viviana Velárdez
Natividad Lidia Valenzuela
Washington Rubén Martínez Rodríguez
Juan Roger Rodríguez Chandari
jueves, 10 de noviembre de 2011
Laura Catalina De Sanctis Ovando: “Ellos son cómplices de las muertes”
(Fuente: Alejandra Dandan – Página 12)
Laura Catalina de Sanctis Ovando tuvo la certeza de que estaban hablando de ella cuando vio un spot de Abuelas de Plaza de Mayo en televisión. Era el año 1998, ella había cumplido 21 años, estaba en una casa de Belgrano, pero sabía que su nacimiento, por alguna razón inexplicable, había sido en Campo de Mayo. Ella declaró ayer por primera vez en el ámbito de un juicio oral, en la causa por el robo sistemático de niños durante la dictadura. Su historia conecta nuevamente al Movimiento Familiar Cristiano (MFC) con las apropiaciones ilegales de la dictadura.
“Yo siempre decía desde chica, desde los ocho años me acuerdo, que tenía cara de nada al mirarme al espejo. Cuando vi las fotos de mi mamá con la esperanza de verme en alguien... las fotos eran de mala calidad, así que me enojé.”
Catalina nació el 11 de agosto de 1977. Desde chica creyó que era hija biológica de sus apropiadores porque la habían anotado fraguando un libro de parto del Hospital Militar de Campo de Mayo. El dato abre nuevas puertas para la búsqueda de niños, ya que hasta ahora muchos de los robos-desapariciones del hospital parecían partir de inscripciones de NN.
Sus apropiadores fueron María Francisca Morilla y Carlos Hidalgo Garzón; ella, una docente que desde chica le relató dificultades para quedar embarazada y a sus seis años intentó decirle que era adoptada, pero cuando entendió que la historia podía terminar en casa de las Abuelas de Plaza de Mayo volvió atrás. Su apropiador era un hombre de Inteligencia del Ejército, enlace entre el Batallón 601 y el 101 de La Plata, con contactos eternos entre los espías y abogado. Su historia es simbólica porque contiene datos que a esta altura del juicio parecen estandarizar lo que funcionó como sistema de apropiación de bebés.
La historia
Catalina está casada, es profesora de educación física y durante el ritual del comienzo de la audiencia decidió no jurar, sino prometer decir la verdad. En la sala estuvo su compañero y compañeros de militancia de sus padres, parte de Montoneros. Su caso no forma parte de este megajuicio, pero el hallazgo de la carta del MFC habilitó su relato como parte de las pruebas.
–Al comienzo dijiste tu nombre –le dijo el abogado de Abuelas, Alan Iud–.
–¿Siempre ése fue tu nombre?
–No –dijo ella–. Mi nombre era otro. De hecho, mi DNI continúa con ese otro nombre que me pusieron mis apropiadores. Mi nombre era María Carolina Hidalgo Garzón.
–¿Cómo te enteraste de que no era?
–A raíz de una causa judicial, en el año 2008 se hizo un allanamiento en el que se llevaron prendas mías que permitieron determinar que mis papás eran Raúl René de Sanctis y Miriam Ovando. Mi mamá había podido enviar una carta a mis abuelos diciendo que yo había nacido, por eso sé que me llamo Laura Catalina.
Y luego:
–Yo fui criada como hija biológica, así fui inscripta, no tuve dudas hasta mis 21 años, en que vi en la tele una publicidad de Abuelas y tuve la certeza, no dudas, de que yo era hija de desaparecidos. Es como que en ese momento se juntó toda la información y tuvo un sentido el nunca haber visto fotos de mi apropiadora embarazada, el lugar donde había nacido, porque vivíamos en Belgrano pero yo nací en Campo de Mayo y las explicaciones que me dieron siempre eran diferentes, no tenían sentido. En ese momento le fui a preguntar a Morillo si yo era hija de desaparecidos, me dijo que sí, que mis papás habían muerto en un enfrentamiento. Pero que no era como decían las Abuelas, que no me habían elegido, sino que yo había quedado huérfana y las familias (biológicas) cuando se les daba la noticia de un bebé, no los querían, como que los rechazaban.
La conversación cerró con otro mensaje: si ella hacía algo para conocer quiénes eran sus padres, ellos iban a ir presos. Catalina les dijo que no iba a hacer nada que los perjudicara, y cuando notó que algo parecido a una causa judicial podía dar con ella empezó a escaparse. Primero a Paraguay con su marido, pero seguida por su apropiador, luego a Misiones. “Me llevó mucho tiempo poder desprenderme de esa culpa que lograron que sintiera, porque me seguía sintiendo yo responsable de las consecuencias de sus actos.” En la recuperación veloz de la historia, con momentos de decisión y el allanamiento judicial que la encontró instalada en San Luis, hubo otros datos importantes. El ticket de compra de ropa para un bebé de 1977, una charla que su marido Rodrigo tuvo con su apropiador antes de la muerte y una carta sobre el MFC.
El ticket era una tarjetita de ropa para bebé comprada en cuotas, del 13 de agosto de 1977. Ya estaba la causa abierta, pero ese ticket la alteró porque todavía estaba convencida de que había nacido el día 15. “Me pareció sumamente doloroso pensar que yo iba a nacer y que ellos hayan estado preparando las cosas desde antes y entonces se cayó todo el engaño de que yo me había quedado sola y ellos por amor me adoptaron.”
En otro momento, Rodrigo le mostró a su apropiador fotos de las posibles parejas de padres de Catalina. “Mi apropiador reconoció a mi mamá antes de que yo supiera el resultado del examen. Le dijo que la había visto en Campo de Mayo detenida, y que al otro día había llamado para ver si ‘habían volado el paquete’. Cuando Rodrigo le preguntó si se refería a los vuelos de la muerte, dijo que sí. Y también le comentó que el que me había entregado fue el doctor Bianco, que me habían ido a buscar personalmente a Campo de Mayo en su Falcon.” Y digo: “Esto obviamente me hizo cambiar la mirada de todo. Y eso fue lo que me hizo querer ser querellante en la causa contra ellos, porque más allá de haberme robado, es un requisito que mis papás hayan desaparecido para quedarse conmigo, así que son cómplices de la muerte de mis papás”.
En un último allanamiento encontraron una carta con datos del MFC. Tenía fecha de abril de 1977 y estaba dirigida a un tal Carlos Herrera Goncalvez, el supuesto nombre de cobertura de su apropiador, para ese entonces instalado en Tucumán. La carta –publicada en septiembre por Página/12–, escrita por su apropiadora, hablaba de la visita de una asistente social del MFC y hacía referencia a cómo eran los partos. Decía que según la asistente, “eran partos normales”, “que no se entregan chicos con malformaciones”. Es muy raro, dijo Catalina: “Me di cuenta de que habla de partos cuando todo supuestamente tenía que ver con adopciones, que en general son chicos más grandes”.
miércoles, 9 de noviembre de 2011
Victoria Julien Grisonas: “No sabía qué sentir, qué pensar”
Ella y su hermano fueron los primeros nietos localizados por Abuelas. Estuvieron en el centro Orletti y fueron dejados en Chile. Se enteró de su historia a los nueve años. “Cosas que no tenían sentido empezaban a tener explicación”, aseguró.
(Fuente: Alejandra Dandan - Página 12)
No entendía por qué tenía tantas abuelas. O por qué se callaban o dejaban de hablar cuando ella entraba de pronto a algún lugar. A los nueve años, viajó por primera vez a Uruguay. O, más bien, volvía al espacio donde había estado secuestrada de muy niña. Quienes suponía como sus padres intentaron explicarle algo de ese viaje antes de salir: “Con mucho cuidado y muy amorosamente me cuentan que vengo de otra familia, que tuve otros papás, que me querían muchísimo, que por eso venía una abuelita a verme con otro acento. Que por problemas políticos ellos se habían muerto”.
“En ese mismo viaje me acerqué un día a mi tía y le dije que me diga qué pasaba porque había cosas que no entendía: y me empiezan a contar, me muestran fotos, escritos, fue algo muy fuerte, muy potente para mí: siempre digo que fue un antes y un después, se me habla por primera vez de la tortura, de la desaparición, de las fuerzas conjuntas, de cuánta gente embarazada, adolescentes, estaban desaparecidos. Es como un golpe en la cabeza: no sabía qué sentir, qué pensar, tuve un efecto de shock: afuera no se notaba nada, pero por adentro sentía algo muy fuerte: cosas que no tenían sentido empezaban a tener explicación. Como que cuando mi madre (adoptiva) se iba yo me ponía muy mal, algo que se llama angustia de la separación de la madre: horror a que la madre desaparezca como si realmente se fuera a morir. Tenía pesadillas, sensación de vacío y dolor, síntomas que después entendí que eran depresivos.”
Claudia Victoria Larrabeiti Yañez es Victoria Julien Grisonas, la hermana de Anatole, los niños secuestrados el 26 de septiembre de 1976 cuando tenían año y medio y cuatro años de edad; que después de pasar por un centro clandestino en Buenos Aires y otro en Montevideo terminaron abandonados en Chile por fuerzas del Plan Cóndor. En aquel momento la prensa chilena los presentó como posibles hijos de “requeridos argentinos”. El acento de Anatole, la ropa, los comentarios de los lugares que habían recorrido o la dificultad de él para pronunciar el nombre de sus padres eran algunos motivos por los que los nombraban de esa forma. Anatole declaró la semana pasada en el juicio por el plan sistemático de robo de bebés. Victoria declaró ayer desde el Consulado argentino en Chile. Antes de empezar, les pidió a los jueces del Tribunal Oral Federal 6 que, como no había psicólogos ni otra asistencia para las víctimas cerca, dejasen estar a su novio dentro de la sala.
–¿Su nombre? –le preguntó la jueza María del Carmen Roqueta.
–Claudia Victoria Larrabeiti Yañez –dijo Victoria.
–¿Nacionalidad?
–Chilena –dijo y rió–: aunque nací en Buenos Aires.
–¿Fecha de nacimiento?
–En mi cédula chilena, el 2 de agosto, y la verdadera el 7 de mayo de 1975.
Y luego:
–¿Tiene algún vínculo de enemistad, amistad o parentesco con los acusados?
–Yo soy víctima de las cosas cometidas por ellos, ésa es mi relación.
El operativo
“Desde los nueve años tuve noción de mi verdadera identidad, que venía de otra familia, pero hace tres o cuatro años empecé una investigación respecto de las personas que nos conocieron cuando éramos bebés. En un aniversario de Abuelas de Plaza de Mayo tuve oportunidad de conocer a un testigo directo del operativo.”
El testigo era un kiosquero: “Conocía a mis padres, a nosotros, porque íbamos a comprar golosinas y dulces y socializaron bastante con ellos, en comidas, en reuniones sin él saber la naturaleza de un compromiso político de mis padres: para él eran sus vecinos y nosotros sus hijos”.
El kiosquero vio el despliegue del enorme operativo el día del secuestro de sus padres, Victoria Grisonas y Roger Julien. Tanquetas, hombres de civil, militares, gente armada y un allanamiento. “Habla de que hay disparos, de que ve a mi madre cuando la tienen detenida. Me cuenta que mi padre intenta escapar por el patio trasero tratando de esconderse y avisando a otra familia. Había disparos. Trata de hacerse pasar por residente de esa casa porque afuera iban tocando las puertas del vecindario. Como se puso una toalla de turbante, no lo reconocen de inmediato hasta que sale y es donde la atrapan. Mi madre trata de escapar conmigo y mi hermano, la capturan, somos separados de ella. Mi hermano tiene el recuerdo de haberla vista herida. El recuerda comentarios de algún policía o militar que le decía: la yegua de tu madre ya no va a estar más”.
Los niños terminaron en Orletti. El kiosquero todavía vio a su madre sujetada de las extremidades del cuerpo, golpes contra el pavimento, la intención de alguien de parar. Alguien apuntándola. No hay otros datos: la idea de que a él lo mataron, la opción de una pastilla de cianuro. La incerteza sobre ella.
El traslado
Victoria y Anatole pasaron de Orletti a un centro clandestino uruguayo. Luego hubo un hotel, aparentemente en Buenos Aires. Y el traslado a una plaza de Valparaíso, en Chile. El poeta Juan Gelman habló de ellos en su declaración de la semana pasada convencido de que llegaron ahí destinados a alguien y que como el contacto no apareció, decidieron dejarlos. Ellos todavía no tienen certeza. “Lo que no se entiende a esta altura de la historia es por qué nos llevan a Chile: algunos dicen que como mi hermano tenía cuatro años y quizá había visto demasiado, la opción más fácil era desvincularnos de Uruguay y Argentina, entonces Chile era un país más lejano.” Los llevaron tres mujeres y dos hombres. Un auto “aparentemente lujoso” los dejó en un parque de diversiones: “Una supuesta tía Mónica nos dice que vamos a ir a los jueguitos, pero que la esperemos ahí, que vuelve en un momento: lo que sucede es que se retiran y no vuelven más, de hecho nos dejan ahí esperando y nadie nos viene a buscar por horas y horas y horas. La gente se dio cuenta de que somos como niños perdidos, que teníamos acento, que no éramos de ahí, estábamos bien vestidos, en una situación extraña, que no había ningún adulto que preguntara por nosotros”.
“Mi hermano tenía conocimiento de muchos lugares con ciertas características, era muy consciente de cómo se llamaba él y yo, y tenía como indicaciones de no hablar del nombre de nuestros padres: mamucha y papucho les decíamos y así empezaron a sospechar que nosotros podíamos venir de gente requerida en Argentina.”
Estuvieron en un hogar de menores. Luego con dos familias. Luego otra aceptó la idea de que “los hermanos de sangre no se separan” y eligió quedarse con los dos. Tres años después, con la difusión de las fotos en diarios que recorrieron el mundo, logró encontrarlos su abuela Angélica. “Ahí apareció otro gran revuelo y la pregunta de: ¿con quién se van a quedar? Mis padres (adoptivos) estaban a un par de días de firmar la adopción plena y se abstuvieron mostrando buena fe.” En ese momento Victoria dejó de hablar. Tomó agua. “Hubo mucho conflicto, obviamente mi abuela se sentía con el derecho de llevarnos, mis padres estaban hechos pedazos con la posibilidad de perdernos; mi hermano y yo no necesitábamos una nueva pérdida. Se dio en entender finalmente que lo más sano era mantener los vínculos, pero no perder a nuestros padres de nuevo, aunque fueran adoptivos. Mi abuela accedió con la condición de que visitáramos y tuviéramos contactos con Uruguay.”
En la audiencia, casi al final, Roqueta le preguntó si todavía recordaba algo o más bien si recuperó alguna imagen o algún olor de esos años. “A mi modo de ver –dijo Victoria– la realidad se construye no sólo de imágenes, sino de sensaciones, de cosas. Tengo sensaciones de ruido fuertes, cierto tipo de sonidos de ruido a golpes y repetidas relaciones vinculares de separación y de abandono. Eso podría mencionar.”
lunes, 7 de noviembre de 2011
Cronograma actualizado de audiencias
Martes 8 de noviembre
11:00 Victoria Julien Grisonas (Claudia Victoria Larrabeiti Yañez, videoconferencia)
María Elba Rama Molla
15:00 María Elena Flores
Miércoles 9 de noviembre
Norberto Liwsky
Adriana Mercedes Leiva
11:30 Catalina De Sanctis Ovando
Beatriz Calvar de Viegas
Mirta Guarino
Lunes 14 de noviembre
10:00 Lucía Zaffaroni
11:00 Mariana Zaffaroni
12:00 María Luz Pelento
Hercila Alba Castillo
14:30 Adan José Alonso
15:00 Lisandro Raúl Cubas (videoconferencia)
Martes 15 de noviembre
11:00 Victoria Ginzberg
Américo Herrera
Idelfonso Marcos Oscar Solá
Carlos Wilde Domínguez
Víctor
Jorge Luis Paonessa
Paula Elena Ogando
Parir en la ESMA
Sara Solarz de Osatinsky, testigo clave del Plan Sistemático de Apropiación de Bebés durante la última dictadura, acompañó a quince embarazadas en
(Fuente: Alejandra Dandan / Página 12)
La pieza de las embarazadas. Jorge Luis Magnacco. Una mesa. La asepsia. Una sábana verde. Tres embarazadas que se van, una que pare. Una incubadora, un sietemesino. El papelito en el que escribe todos los nombres. Noviembre de 1978, en
Pedida por las parturientas de
A ella la secuestraron en una esquina de Capital Federal, mientras gritaba su nombre, y la golpearon con una llave inglesa. “¡Me llamo Solarz, me secuestran!”, decía y la patota gritaba a su vez qué era una brigada contra drogadictos. “Me llevan a un lugar donde no vi qué era en ese instante y me cortan toda la ropa, ni siquiera me sacan las esposas ni nada, sino que con una tijera me sacan toda la ropa que tenía y me dejan desnuda y me ponen sobre una camilla y es en ese momento que empiezan a decirme:
–Señora, ¿sabe dónde está?
–No sé –les dije yo–. Me da lo mismo.
–Está en
Una guardia “buena”, “chicos de
“Yo tenía un papelito muy, muy pequeñito donde iba anotando todos esos datos”, dijo en un momento sobre la sucesión de embarazos. “Papelito de cada una de las embarazadas que desgraciadamente no fue posible conservar, yo pensaba que nunca me iban a dejar ir, se lo di a alguien y después ese papelito desapareció.”
Entre las primeras embarazadas estuvo con Pichona, María del Carmen Moyano de Poblete, y con Cori, que era Hilda Pérez de Donda. Como Ana Rubel de Castro, habían llegado antes que ella y dieron a luz antes de que empiece a funcionar la “pieza de las embarazadas”: cuatro camas que se ocuparon de forma rotativa y los marinos empezaron a llamar “La pequeña Sardá”, la maternidad clandestina de
–¿Supo si esas tres primeras mujeres tuvieron a sus hijos? –le preguntó el fiscal.
–Sí –dijo Sara–. Pichona pidió por favor que la acompañara en el momento del parto, para no estar al lado de los asesinos. Me bajaron y la bajaron a la enfermería. Estaba el doctor Mag-nacco y estuve al lado de ella y el ruido de las cadenas eran terribles en el momento que se sentían al mismo tiempo los gritos del bebé que nacía.
Pichona tuvo una hija mujer, en junio de 1977. Los partos todavía se hacían en la enfermería. Ella venía de
A mediados de 1977 empezó a funcionar la pieza: “El parto se realizaba en la misma habitación (de las embarazadas), sobre una mesa que ellas tenían, había una mesa grande y (Carlos) Capdevilla venía con material que decía que estaba esterilizado, eran las sábanas de color verde que se ponían y el resto de las embarazadas, porque la pieza era para cuatro, las sacaban de la habitación y volvían cuando se retiraba todo el material, estaba lavada la criatura y quedaba la criatura con la madre también en la habitación”.
Sara mencionó visitas de Antonio Vañek, Jacinto Chamorro y Jorge Vildoza. Y el rol de Jorge “Tigre” Acosta, Héctor Febres y “Pedro Bolita”, cuyo nombre es Carlos Galián.
“Siempre era Pedro Bolita o Febres el que venía a buscar a los niños; el doctor Magnacco, que pasaba todos los días; Capdevilla también pasaba si no estaba Magnacco, y Pedro Bolita normalmente era el que partía con el bebé o Febres.” Acosta conocía todo, dijo. “Era el que decidía cuándo venían las embarazadas, quién iba a venir, no recuerdo que haya entrado, pero que sabía, sabía quiénes estaban y en qué momento iban a dar a luz: tenía toda la información de hasta el más mínimo movimiento.”
La pieza de las embarazadas se cerró en marzo de 1978 porque llegaba de visita un periodista inglés. Para entonces, acababan de dar a luz Cristina Greco y Patricia Marcuzzo: “Cerraron las piezas, hicieron como un depósito y por eso Pati, lloraba, decía: `¿Por qué no me dejan con mi criatura?’. Porque prácticamente ese día o al día siguiente que la trasladaron, se quedó la criatura y se la llevaron a ella, por lo que me contaron dejaron el moisés en la casa de la madre”. Ella continúa desaparecida.
–¿Sabía el destino de los bebés? –le preguntó el fiscal Martín Niklison. –No, no sabía exactamente. Una persona que tenía relación con médicos del Hospital Naval decía que había un papel que decía para las mujeres de los militares, que si no tenían hijos, podían adoptar estos hijos de los guerrilleros. Esa fue una de las cosas que supimos. Y Febres dijo que tenía un primo que era una persona muy generosa, que se ocupaba de buscar casas para esos chicos, lo cual significaba que los chicos no eran entregados a sus padres, que esas cartas que ellas escribían no eran reales: no se las entregaban a nadie.
Al final, la presidenta del Tribunal Oral Federal No 6, María del Carmen Roqueta, le dijo, como hace habitualmente, si quería agregar algo más. “Creo que dije todo lo que recuerdo, es lo único que puedo decir: es que es una cosa terrible lo que pasó con las embarazadas, la separación de los niños, la adopción con los mismos que los mataron de alguna manera, que es terrible, algo que pasó en
Las 15 historias
1 Pichona, María del Carmen Poblete
“Pidió que la acompañara en el momento del parto, para no estar al lado de los asesinos. El ruido de las cadenas eran terribles en el momento que se sentían al mismo tiempo los gritos del bebé que nacía. Tuvo una hija mujer, en junio de
2 Ana Rubel de Castro
“Fue terrible, había sido torturada salvajemente, había sido secuestrada con su marido, era (prisionera) del Ejército, creo, pero la trajeron a
3 Cori, María Hilda Pérez de Donda
“Estuve con ella porque ya estaba la pieza de las embarazadas, no sé por qué razón permitieron que yo pudiera quedarme con ellas ahí, así que tuve mucho contacto. Cori tuvo una nena, quería que se llamara Victoria. Fue secuestrada con su marido por
4 Tita, Iris García
“Antes de ellas estuvo Tita, pero no conozco demasiado. Venía de Coordinación Federal, la vi en Capucha porque no había condiciones especiales para las embarazadas hasta que las pasaron a la pieza de las embarazadas, en la que Tita no estuvo. Creo no haber participado del parto. La dejaban caminar y tenía los pies hinchados. El nombre de Tita no lo recuerdo, pero una vez que tuvo familia creo que varón, la trasladaron inmediatamente. Y no vi la criatura porque no existía la pieza.” Tita y su hijo continúan desaparecidos.
5 Mirta Alonso de Hueravillo
"Tuvo un hijo varón, yo tampoco estuve en el parto, fue otra compañera. Le puso el nombre Lautaro. La familia sabía que se iba a llamar Lautaro. Cuando se abrió
6 Susana Beatriz Pegoraro
“Fue secuestrada el 8 de julio del ’77 en la estación de Constitución. Sus padres la estaban esperando, ella venía de Mar del Plata y estaba embarazada y la secuestraron, y los trajeron al padre y a ella a
7 María José Rapela de Mangone
“Fue secuestrada junto con su marido porque guardaban los muebles en su casa de algún militante amigo. Su marido fue trasladado rápidamente y a ella la trajeron a la pieza. Venía siempre Magnacco a verla, venía a ver a todas la embarazadas. María José se había dado cuenta ya de que la criatura no se movía, pero no quiso decir nada porque dependía su vida del hecho de estar en esa habitación, tenía miedo de qué era lo que podía pasar. En diciembre el doctor Magnacco vio que el bebé no se movía, dijo: ‘Está muerto, hay que hacer un aborto’. Hizo el aborto e inmediatamente fue trasladada.” María José permanece de- saparecida.
8 Graciela “Raquel” Tauro de Rochistein
“La habían traído de
9 Cecilia Viñas
“Venía de Buzos Tácticos de Mar del Plata y dio a luz también un varón y durante mucho tiempo venían a visitarla a la pieza de las embarazadas los altos jefes. Vañek, de
10 Susana Siver de Reinhold
“Era (prisionera) del Servicio de Informaciones Naval, estaba con su marido. Tuvo familia en enero del ’78 pero estuvo desde octubre o noviembre en la pieza de las embarazadas. No fue un parto normal. No estaba Magnacco, estaba Scheller y llamó al Hospital Naval para que viniera un ginecólogo, y yo lo vi y supe que era el jefe de Ginecología del Hospital, no sé su nombre. Puedo describirlo si es necesario, lo recuerdo perfectamente y dijo que había que llevarla al hospital directamente para que diera a luz, para hacerle una cesárea. Tuvo una cesárea y casi dormida la trajeron de vuelta a
11-12 Liliana Pereyra y Patricia Marcuzzo
“Venían de Buzos Tácticos, las trajeron juntas. Deben haber estado en septiembre-octubre (de 1977). Liliana dio a luz un varón en febrero de 1978. Pati alrededor del 15 o 18 de abril de 1978. Las dos dieron a luz un hijo varón. Lilana me contó que habían torturado a su marido delante de ella para que ella hablara y cuando ya estaba en
13 Alicia Alfonsín de Cabandié
“Alicia era muy jovencita, tenía 17 o 18 años. La trajeron del Banco con los cabellos rapados, era alguien que tenía cabellos muy largos y la raparon, dijeron que era una cuestión de infecciones. Llegó antes de Año Nuevo y dio a luz un varón en marzo con el nombre Juan. Estuvo Magnacco, siempre fue Magnacco. A ella, cuando estuvo en el Banco, un coronel le había dicho que a su marido lo habían trasladado a un lugar del sur y que cuando ella tuviera a su bebé la iban a llevar junto con el bebé y que ahí iban a cambiar las ideas, que iban a cumplir una pena, que era un lugar abierto. A ella la vino a ver Minicucci.” Alicia está desaparecida, su hijo es Juan Cabandié, apropiado por Luis Antonio Falco, de
14 Cristina Greco
“La trajeron de Mar del Plata justo antes de dar a luz. Tuvo una hija en marzo. Estaba desesperada porque ya había estado secuestrada por
15 Patricia Roisinblit
“Dio a luz un varón, una cosa conmovedora, como Patricia había estudiado medicina idió que no le corten el cordón umbilical y se lo pongan sobre el pecho y decía: ‘No me lo saquen, no me lo saquen’”. Rodoflo Pérez Roisinblit recuperó su identidad. Fue apropiado por Francisco Gómez, agente civil de
jueves, 3 de noviembre de 2011
Cronograma de audiencias
10:00 Arturo Blatezky
10:30 Graciela Nora Rosemblum
11:00 Victoria Julien Grisonas (Claudia Victoria Larrabeiti Yañez, videoconferencia)
12:30 Susana Pérez Gallart
13:000 Carlos Zamorano
14:00 María Elba Rama Molla
15:00 María Elena Flores
Miércoles 9 de noviembre (Auditórium)
10:00 Norberto Liwsky
10:30 Adriana Mercedes Leiva
11:30 Gabriel Matías Cevasco
14:00 Catalina De Sanctis Ovando
14:00 Beatriz Calvar de Viegas
15:00 Mirta Guarino
Lunes 14 de noviembre
10:00 Lucía Zaffaroni
11:00 Mariana Zaffaroni
12:00 María Luz Pelento
12:30 Silvia Arredondo
13:00 Hercila Alba Castillo
14:00 Alberto Mansur
14:30 Adan José Alonso
15:00 Lisandro Raúl Cubas (videoconferencia)
Martes 15 de noviembre
11:00 Victoria Ginzberg
10:30 María Seoane
11:00 Américo Herrera
11:30 Idelfonso Marcos Oscar Solá
11:30 Carlos Wilde Domínguez
12:30 Víctor Washington Zibell
14:00 Jorge Luis Paonessa
15:00 Paula Elena Ogando
lunes, 31 de octubre de 2011
Macarena Gelman: “Al recuperar mi identidad me sentí más completa y sin vacíos”
Por Carmen Urzola Maldonado
La nieta María Macarena Gelman, restituida en el año 2000, reconstruyó su historia durante su declaración por videoconferencia, desde Montevideo, ante el Tribunal Oral Federal Número 6, que juzga a los responsables del Plan Sistemático de Apropiación de Menores.
El fiscal Martín Niklison inició la indagatoria preguntando por la familia que crió a Macarena y la forma en que recuperó su identidad. “Ángel Tauriño era retirado de la policía y Alejandra Vivian, ama de casa”, comenzó y narró que en el año 2000, un año después de la muerte de Tauriño, un sacerdote se contactó con Vivian. “Diez días después ella me confesó que era adoptada. El 31 de marzo conocí a mi abuelo paterno (Juan Gelman), quien me había estado buscando. Me hice dos exámenes, uno en Uruguay y otro en el Banco Nacional de Datos Genéticos”, recordó.
Durante su testimonio en la causa, María Macarena recordó también a sus padres biológicos, Marcelo Ariel Gelman y María Claudia García. “Mi madre estuvo secuestrada en Automotores Orletti junto con mi padre. Ella fue trasladada a Uruguay y mi padre fue asesinado en 1976. Sus restos fueron encontrados en el canal de San Fernando en 1989. Ellos militaban en la Unión de Estudiantes Secundarios (UES)”, relató. El centro clandestino de detención en el que estuvo su madre mientras estaba embarazada fue la base del Plan Cóndor. Con respecto a su nacimiento, Macarena contó que “había unos uruguayos que estuvieron en el mismo lugar y escucharon cuando un guardia pidió indicaciones para atender a una mujer embarazada”. “Por estas referencias -continuó- parece que nací en el Hospital Militar Central”.
“El 22 de diciembre de 1976, el soldado Julio Barboza vio cuando trasladaban a mi madre conmigo en una canastita. En enero de 1977, fui abandonada en la puerta de la casa de la familia Tauriño- Vivian, quienes me registraron como hija legítima”, reconstruyó Macarena sobre una historia a la que aún le faltan muchas piezas.
Alan Iud, abogado de Abuelas, preguntó a Macarena si antes de recuperar su identidad hubo hechos que considerara relevantes. La nieta respondió: “Estando mi padre en el hospital, cuatro días antes de morir, me pidió que le llevara el libro ‘La Ira del Leviatán’, que habla de lo que pasó en la Argentina. También me pidió que lo perdonara”.
Para finalizar, Macarena también resaltó la importancia de haber recuperado su identidad. Cuando Niklison le preguntó por su restitución, la nieta enfatizó: “Actualmente tengo un vínculo habitual con mi familia biológica: abuelos, tíos, tías, primos, primas, amigos de mis padres. Al recuperar mi identidad me sentí más completa y sin vacíos”.
miércoles, 19 de octubre de 2011
Cronograma de audiencias
María Macarena Gelman
Anatole Julien Grisonas (Anatole Alejandro Larrabeiti Yañez)
María Bernabella Herrera Sanguinetti
María Elena Laguna de Soba
Martes 25 de octubre (videoconferencias)
Beatriz Victoria Barboza Sánchez
Margarita Michellini
Álvaro Rico
Miércoles 26 de octubre
Victoria Julien Grisonas (Claudia Victoria Larrabeiti Yañez) - videoconferencia
Aníbal Simón Méndez
Lidia Cristina Vieyra
Francisco Cullari
Joaquín Castro
Sara Osatinsky recordó su convivencia con mujeres embarazadas en la Esma
“Ana de Castro, ‘Cori’ Pérez de Donda, María del Carmen –‘Pichona’- Moyano de Poblete, Susana Siver de Reinhold, Susana Beatriz Pegoraro, María José Rapela de Mangone, Cecilia Viñas, Liliana Pereyra, Cristina Greco, Alicia Alfonsín de Cabandié, Patricia Marcuzzo y Raquel Tauro de Rochistein fueron algunas de las embarazadas que acompañé y ayudé durante el parto”, enumeró la sobreviviente de la Esma y exiliada en Suiza Sara Solarz de Osatinsky, durante su testimonio a través de video conferencia para la causa Plan Sistemático de Apropiación de Menores. En esta audiencia, relató las torturas físicas y psicológicas que sufrió en ese centro clandestino de detención junto a varias mujeres embarazadas, que después de dar a luz a sus hijos desaparecían.
Sara Osatinsky fue secuestrada el 14 de mayo de 1977, a los 42 años, y ya había perdido a sus dos hijos y a su esposo. Su testimonio fue solicitado por los fiscales de la causa y por las querellas. A petición del fiscal Martin Niklison, la testigo relató su secuestro y dio nombres y fechas de las mujeres embarazadas que dieron a luz en la Esma. A pesar de haber pasado más de treinta años, en su memoria permanecen los recuerdos de aquellas personas que la torturaron y con quienes sufrió el encierro y las angustias.
“María del Carmen Poblete fue la primera que me pidió que la acompañara a parir. Entonces, nos bajaron al sótano. Allí estaban el doctor (Jorge Luis) Magnacco y (Carlos Octavio) Capdevila (ambos imputados en esta causa). María del Carmen tuvo una niña en junio de 1977. Por esos días inauguraron la sala de las embarazadas llamada la Pequeña Sardá. Héctor Febrés visitaba constantemente esta sala, les llevaba a las embarazas un moisés y les hacía escribir una carta con los datos de las personas a quienes las madres querían dejar sus bebés porque, supuestamente, serían entregados a sus familiares”, recordó Sara.
Luego, contó que Ana de Castro llegó a la Esma embarazada de dos meses. “Fue torturada y a los siete meses de embarazo le practicaron una cesárea. El bebé fue puesto en una incubadora. Ella me pedía que le dijera cómo era el bebé y si estaba bien”, continuó. Dos días después, “Pichona” y Ana fueron trasladadas de la ESMA. “Nunca más supimos de ellas, continúan desaparecidas”, declaró y denunció que “a medida que las embarazadas tenían a sus hijos las separaban de ellos” y que “muchos de estos niños fueron apropiados por los militares”. “El encargado en ese momento de decidir acerca de la vida y la muerte de los secuestrados era Jorge Eduardo (“Tigre”) Acosta”, acusó
La sobreviviente también contó que las embarazadas recibían un “trato especial” porque las dejaban salir a caminar un poco sin quitarles los grilletes y les daban frutas. De todas formas, también eran torturadas.
Luego, detalló algunos de los lugares que conoció dentro de la Esma durante su cautiverio: “El Sótano, la celda tres, la ‘Avenida de la felicidad’. Allí torturaban y, en las afueras de este lugar, ponían música deprimente con alto volumen para que no escucháramos los gritos. En el tercer piso estaba la sala llamada ‘La Capucha’, donde había muchos cajones para muertos. Ahí permanecíamos los secuestrados encapuchados, incluidas las embarazadas, hasta que inauguraron la sala de las embarazadas, llamada ‘Pequeña Sardá’. La pecera era otro lugar de reclusión”.
En la última etapa de la audiencia, la defensa inició su interrogatorio con la firme intención de encontrar contradicciones en la declaración de Sara. Se hicieron comparaciones con declaraciones anteriores pero esto corroboró que, aunque los testimonios fueron rendidos en tiempos diferentes, sigue siendo la misma historia de horror.
jueves, 13 de octubre de 2011
Cronograma de audiencias
Sara Solarz de Osatinsky, sobreviviente de la ESMA
Graciela Geuna, sobreviviente de la ESMA
Rubén Delfor Galucci, sobreviviente de Mansión Seré
Martes 18 de octubre
9.30 hs. Sara Rita Méndez
13:00 hs. Milton Romani
martes, 11 de octubre de 2011
Una nieta recuperada ratificó los vínculos de la Triple A con el centro Automotores Orletti
La nieta recuperada Carla Rutila Artés recordó la “infancia infeliz” que pasó a manos de su apropiador, Eduardo Ruffo, al ratificar los vínculos del represor con jefes de la Triple A y con el centro clandestino de detención que funcionó en Automotores Orletti en la última dictadura militar.
“Me decían que era una vieja bruja que me buscaba para sacarme la sangre”, contó la niña sobre la explicación que recibía a los 10 años sobre su abuela biológica que publicaba fotos de ella antes de ser secuestrada junto su madre en Bolivia.
Carla Rutila tenía un año y tres meses al ser secuestrada con su mamá, Graciela Rutila Artés, una estudiante de 24 años, en Oruro, y llevada junto a ella poco después –tras pasar por un orfanato- a la frontera.
Allí fue entregada a policías federales y agentes de inteligencia argentinos, en el marco del Plan Condor de colaboración entre dictaduras latinoamericanas.
Ambas fueron llevadas al centro clandestino de detención que funcionó en Automotores Orletti, donde su madre desapareció y ella fue apropiada por Ruffo, quien la crió como propia junto a su esposa Amanda Cordero hasta que en 1985 fue detenido y la niña recuperó su identidad.
“Vi mi foto a esa edad y me reconocí porque las fotos que ellos tenían de mi eran también de cuando tenía esa edad y era idéntica. Pregunté y recibí una tremebunda paliza para que no volviera a preguntar”, agregó al declarar ante el Tribunal Oral
Federal 6.
El ex policía miembro de la Triple A y muy vinculado al ex jefe de la SIDE Otto Paladino y a Aníbal Gordon, la inscribió como propia con el nombre falso de Gina Amanda Ruffo y con una falsa fecha de nacimiento, que había ocurrido -en realidad- el 28 de junio de 1975 en Perú.
Tras ser sacada de Orletti, la beba pasó un tiempo en las oficinas de una empresa de seguridad, que según supuso era una fachada para encubrir las actividades de ex miembros de la Triple A que seguían en actividad en la dictadura, como su apropiador o Raúl Guglielminetti, a quien también conoció de niña.
Ruffo ya fue condenado por la apropiación de la niña en un juicio y a 25 años de prisión por delitos de lesa humanidad cometidos en Orletti, en otro, y ahora es juzgado por la sustracción de otro menor nacido en cautiverio en ese lugar, Simón
Riquelo, entregado a un comisario.
En 1984, tras la vuelta de la democracia, la abuela biológica de Carla viajó a la Argentina y entonces comenzó una búsqueda con fotografías de la niña y su madre, con lo cual la familia Ruffo se fugó.
“Nunca me dijeron nada, viví desde 1976 hasta 1983 con relativa normalidad entre comillas, y a finales del `83 este señor se pone prófugo de la justicia y desde enero de 1984 nosotros también”, recordó.
Por entonces, Abuelas de Plaza de Mayo alertaba sobre la presencia de una niña “con las características de Carlita en manos de Ruffo” y pronto comenzaron a publicarse sus fotos.
Martín Balza: “Hubo un plan sistemático de apropiación de niños”
Martín Balza, embajador Argentino en Colombia y ex jefe del Ejército, rindió su testimonio en la causa Plan Sistemático de apropiación de menores, a través de una videoconferencia, y afirmó que hubo método para el robo de niños durante la última dictadura.
La ronda de preguntas que inició el fiscal de la causa Martín Nikilson estuvo enfocada en intentar esclarecer la finalidad de la documentación recopilada durante la dictadura militar que, según dijo Balza, fue incinerada por orden de Cristino Nicolaides, y en la cual debían estar los datos tanto de los desaparecidos como de los represores.
“En 1985 tuve conocimiento de una orden emitida en noviembre de 1983 por el general Nicolaides. Quien la firmó fue el general Eduardo Calvi. El mensaje fue enviado a los comandos, ellos querían reunir toda la documentación para quemarla antes de la toma de posesión de Alfonsín para así borrar una memoria histórica”, relató el embajador.
“Yo hablé con el general Santiago Riveros para preguntarle puntualmente por Santucho, de quien dijo no saber nada. Durante mi carrera militar estuve en Campo de Mayo desde 1969, era Capitán, entre 1975 y 1978 estuve en Perú. Después de 1978, la seguridad en Campo de Mayo era sumamente estricta. Había un sector llamado ‘lugar de detenidos’. Allí mismo había residencias para los militares, creo que el general Nicolaides vivía en una de esas residencias”, continuó.
Además, Balza habló de un método de apropiación de niños: “Recién en el año 2000, cuando me citaron para declarar por el caso del médico Magnacco (imputado en esta causa), leí declaraciones de médicos, enfermeras y de un general, Benedetti. Allí me enteré de que mujeres daban a luz en Campo de Mayo. Los 105 nietos que han recuperado su identidad son la prueba de que hubo un plan sistemático de apropiación de niños”.
jueves, 22 de septiembre de 2011
Cronograma actualizado
10.00 hs. Martín Balza (videoconferencia)
12.00 hs. Indagatoria Ruffo
14.30 hs. Raquel Gas
15.30 hs. Margarita Michellini
16.30 hs. Beatriz Di Paola
27 de septiembre
9.30 hs. María Elba Rama Molla
11.30 hs. Gastón Zina Figueredo
14.00 hs. Eduardo Marques Iraola y posible reproducción del documental “Playas del Silencio”
28 de septiembre
9.30 hs. Ricardo Chevarlzk
10.30 hs. Vicente Caccaviello
11.30 hs. Alberto Mattone
12:30 hs. Oscar D’Amario
14:00 hs. Eduardo J. Luttini
14:30 hs. Antonia Concepción Ciccala
3 de octubre
9.30 hs. Sara Rita Méndez (videoconferencia
11:30 Alicia Cadenas Ravela (videoconferencia)
12.30 hs. Ana Inés Quadros Herrera (videoconferencia)
14:00 hs. Edelweiss Zahn Freire (videoconferencia)
4 de octubre
9.00 hs. Silvia Labayrú (videoconferencia)
11.30 hs. Beatriz Calvar de Viegas
12.30 hs. Alcira Patricia Camusso
5 de octubre (SALA B CASACIÓN)
14:00 hs. José Luis Bretazo
15:00 hs. Milton Romani
16:00 hs. Mirta Guarino
11 de octubre
9.30 hs. Lisandro Raúl Cubas (videoconferencia)
11:30 hs. Carla Graciela Artes Company
12:30 hs. Juan Roger Rodríguez Chandari
12 de octubre
9.30 hs. Rafael Michellini (videoconferencia)
10.30 hs. María del Pilar Nores (videoconferencia)
11.30 hs. Álvaro Hugo Rico (videoconferencia)
14.00 hs. Julio César Barboza Pla (videoconferencia)
miércoles, 21 de septiembre de 2011
En tiempo de descuento
El juicio está entrando en la última etapa. El Tribunal reunió hasta ahora la prueba gruesa de 31 de los 35 expedientes en análisis y en las próximas semanas el juicio estará centrado esencialmente en los cuatro casos que restan con eje en el centro clandestino de Orletti. Para acelerar los debates que, como el de la ESMA, tiene problemas con la disponibilidad de las salas, el TOF 6 acaba de pedir un día más de audiencias: todos los miércoles como día obligatorio y no alternado, como sucede hasta ahora. La decisión depende del Consejo de la Magistratura. Las audiencias de todos modos recomenzarán la semana próxima. El lunes 26 de septiembre, Ruffo tendrá la ocasión de decir algo si lo desea antes del comienzo de su caso en el debate. Declarará por videoconferencia ese mismo día Martín Balza y está prevista la declaración de Margarita Michellini, una de las secuestradas uruguayas. Las audiencias se dividirán de allí en adelante entre testigos presenciales y videoconferencias. Sara Rita Méndez y Rafael Michellini serán parte de quienes declaren por videoconferencia desde Uruguay. El Tribunal también le puso fecha a la declaración de Sara Solarz de Osatinsky, prevista para el 17 de octubre desde Ginebra y esperada para hablar de los partos en la ESMA.
Ruffo acusado por el robo de otro bebé
(Fuente: Alejandra Dandan - Página 12)
El prontuario de Eduardo Alfredo Ruffo recogió una nueva medalla. El ex agente civil de inteligencia de la patota de Automotores Orletti, integrante de la banda de Aníbal Gordon, dedicado a los secuestros extorsivos, apropiador de Carla Rutila Artés, a quien sometió a todo tipo de padecimientos desde pequeña, entró solo a la sala de audiencias de los Tribunales de Retiro. Ruffo se sentó y escuchó una nueva acusación en su contra, esta vez en el escenario del juicio por el Plan sistemático de robo de bebés. Ruffo está acusado ahora de la sustracción de Simón Riquelo, el hijo de la uruguaya Sara Rita Méndez. Con su ingreso, el Tribunal Oral Federal 6 entró en el último tramo del juicio oral, con eje en el centro clandestino Automotores Orletti, base del Plan Cóndor en Buenos Aires. Un lugar, como recordó la sala, donde el robo de niños formó parte del “botín de guerra” de los represores.
El caso Ruffo volvió a mostrar la desmesurada arquitectura del robo de niños en Orletti. El Tribunal leyó dos tramos de la acusación, una elevada por la fiscalía de Jorge Di Lelo y la otra del juzgado de Norberto Oyarbide, una síntesis que repasó cada caso en clave sistémica.
“En los procedimientos se incluía un móvil para el traslado de los niños”, dice la acusación que recogió datos de un informante clave, que a esta altura parece ser el propio Ruffo. Los niños “eran dejados en hospitales o instituciones de menores” o “eventualmente entregados a amigos” y “durante los operativos coordinados con uruguayos se obtuvo una gran cantidad de dinero y se repartieron los niños de varios de quienes luego fueron desaparecidos”.
Eso sucedió con Riquelo y con cada uno de los niños del juicio. La acusación señaló el caso de Mariana Zaffaroni Islas, hija de los uruguayos desaparecidos María Emilia Islas Gatti y Jorge Roberto Zaffaroni, apropiada por Adriana María Gonzalez y Miguel Angel Furci. Furci era un hombre de la SIDE. Se quedó con ella en 1976, mientras estaba en Orletti y vio cómo “una mujer allí detenida y su pareja iban a ser trasladados con destino incierto por miembros del ejército uruguayo y le ofrecieron la niña, a quien anotó como hija propia con documentación falsa”.
Los otros casos conocidos hasta ahora, con “igual principio pero resultado diferente”, son Ernesto Anzalone, de alrededor de un año, hijo de Rita y Pablo Anzalone, robado de la guarda de su tía Laura Anzalone el 13 de julio de 1976. A Laura también la llevaron a Orletti y luego a Uruguay. Dos meses después del secuestro, los abuelos encontraron a Ernesto en manos de una médica, aunque distintas versiones indicaron que antes pasó por la comisaría de la zona donde estaba su tía. La lista incluye a la nuera del poeta Juan Gelman, María Claudia Iruretagoyena de Gelman, embarazada a término, detenida en Orletti y desaparecida. Su hija, que nació en cautiverio, estuvo en poder de un policía uruguayo. El último caso son los hermanos Anatole y Victoria Julien, secuestrados y trasladados con sus padres a Orletti en septiembre de 1976. Los padres continúan desaparecidos y a ellos los dejaron abandonados en la Plaza Valparaíso de Chile.
“Todo lo señalado refuerza la idea de que los menores formaban parte del ‘botín de guerra’ –dice la acusación– y eran entregados a conocidos, en los casos señalados, todos integrantes del servicio de inteligencia, de la policía o militares.”
El caso Simón Riquelo es parte de esa trama.
Sara Méndez reconoció a Ruffo en la patota de 15 personas que el 13 de julio de 1976 entró a su casa y le arrancó a su hijo de los brazos. La patota se presentó como parte del “Ejército argentino y uruguayo”. Simón tenía 20 días. El mayor Nino Gavazzo, uno de los represores emblemáticos de Uruguay, se presentó a cargo el procedimiento. Estaba secundado por un argentino, a quien tiempo después ella reconoció como Aníbal Gordon. Antes de llevarla a Orletti, Ruffo la torturó a ella y a otra compañera.
A esta altura, Sara declaró muchas veces sobre ese operativo. Ya dijo que ella quería quedarse con su hijo, pero Gordon le dijo que se quedara tranquila, “que esta guerra no es contra los niños”. A esta altura, la fiscalía dio por probado que en ese procedimiento también estuvo el subcomisario de la comisaría 33ª, Osvaldo Parodi, que finalmente robó al niño. El caso es una de las razones de los últimos escraches de Hijos a la casa del juez de la Cámara de Casación Gustavo Mitchell, porque intervino y legalizó la apropiación con los papeles de adopción.
Ruffo no dijo casi nada durante toda la audiencia. La presidenta del Tribunal, María del Carmen Roqueta, le preguntó en un momento si podían no leer alguno de los tramos de la acusación. En ese momento, ella lo trató de “señor Ruffo”. Y él le respondió algo así como está bien “señora”. En la sala casi no había presencias. Su caso no está impulsado en el juicio por las querellas de los organismos de derechos humanos, sino por la fiscalía que encabeza Martín Niklison. Además de Niklison y dos colaboradoras de la fiscalía, en toda la sala había dos integrantes del Centro Ulloa y el abogado de Ruffo. Los cuatro jueces, dos secretarios. Nadie más. Ni arriba ni abajo Ruffo vio algo más que su propia sombra.
martes, 20 de septiembre de 2011
Cronograma actualizado del juicio
10.00 hs. Martín Balza (videoconferencia)
12.00 hs. Indagatoria Rufo
14.30 hs. Raquel Gas
15.30 hs. Margarita Michellini
16.30 hs. Beatriz Di Paola
27 de septiembre
9.30 hs. María Elba Rama Molla
11.30 hs. Gastón Zina Figueredo
14.00 hs. Juan Rodríguez Chandarí y posible reproducción del documental “Playas del Silencio”
28 de septiembre
9.30 hs. Carla Graciela Artes Company
11.30 hs. Ricardo Chevarlzk
13.30 hs. Vicente Caccaviello
14.00 hs. Alberto Mattone
15.30 hs. Eduardo J. Luttini
15.30 hs. Antonia Concepción Ciccala
16.00 hs. Oscar D’Amario
3 de octubre
9.30 hs. Alicia Cadenas Ravela (videoconferencia)
10.30 hs. Ana Inés Quadros Herrera (videoconferencia)
11.30 hs. Edelweiss Zahn Freire (videoconferencia)
14.00 hs. Rafael Barboza Pla (videoconferencia)
4 de octubre
9.30 hs. Silvia Labayrú (videoconferencia)
11.30 hs. Beatriz Calvar de Viegas
12.30 hs. Alcira Patricia Camusso
5 de octubre
9.30 hs. Rafael Michellini (videoconferencia)
10.30 hs. María Pilar Nores (videoconferencia)
11.30 hs. Álvaro Hugo Rico (videoconferencia)
14.00 hs. Sara Rita Méndez (videoconferencia).
(SALA B CASACIÓN)
jueves, 15 de septiembre de 2011
Robert Cox: “Los diarios no recibían a Abuelas”
(Fuente: Alejandra Dandan - Página 12)
A esta altura es conocido el rol del Buenos Aires Herald durante la dictadura, la decisión de publicar el nombre de los de-saparecidos para romper el cerco informativo sobre Argentina. Convocado por el Tribunal Oral Federal 6 a la audiencia del plan sistemático de robo de bebés, el director del diario de aquella época Robert Cox habló esta vez del “pacto de caballeros” de los grandes medios con la dictadura. Un pacto formalizado de alguna manera a partir de lo que aparece como un encuentro de los directivos con Albano Harguindeguy, entonces ministro del Interior, un encuentro al que no lo convocaron. Cox habló. Explicó. Hizo silencio. Buscó las formas de decir algunas cosas y avanzó: “Directivos de otros diarios con los que traté de tomar contacto, pero desafortunadamente no pude, pero hubo una decisión de... –y dijo–: no es grato hablar de otros colegas, todavía es muy difícil llegar a una conclusión, pero realmente como hubo muchos años de dictadura, los grandes diarios estaban acostumbrados a cumplir las órdenes de los dictadores y hubo una autocensura que era más de casi complicidad con los militares”.
Cox avanzó lentamente, apuntalado por alguna pregunta del fiscal Martín Niklison y alguna pregunta específica de los jueces María del Carmen Roqueta, Julio Panelo y Domingo Altieri. “Era muy difícil de entender”, siguió. “Porque era solamente cuestión de publicar, de recibir a las Madres o Abuelas, pero los diarios no las recibieron.” En ese mismo momento habló de un colega suyo de la BBC que venía de la Unión Soviética y se entrevistó con uno de los hombres de jerarquía del diario La Nación. En ese contexto, le preguntó por qué no publicaban lo que estaba pasando. Y la persona, de la que se escuchó el nombre en la audiencia, le respondió: “Bueno, nuestros lectores no tienen interés en eso”.
Cox dejó el país a fines de 1979, después de un secuestro de un día en la Superintendencia de Seguridad, donde encontró una pared pintada con una gran esvástica, nombres escritos en las celdas y la certeza de lo que estaba pasando. Emilio Massera le había dicho ya que no publicara más su nombre porque iba a terminar “adentro”, pero cuando las amenazas cercaron a su familia tomó la decisión de irse del país. Ahora vuelve a Buenos Aires cuatro meses al año. En aquel momento, además de dirigir The Buenos Aires Herald o poner en contacto a las Abuelas y las Madres con corresponsales extranjeros escribía en otros diarios de afuera, entre ellos The Washington Post. En uno de los artículos intentó explicar lo que pasaba “porque lo que más importaba era tratar de romper el silencio sobre el país”, dijo. El artículo tenía dos objetivos: “Uno, dar cuenta del acuerdo de caballeros de los diarios más importantes de no publicar lo que estaba pasando en Argentina y otro, decir que la llamada ‘revolución de terciopelo’ no era así porque la gente estaba de-sapareciendo: era un esfuerzo mío para poder dar cuenta de lo que pasaba en Argentina”.
Cox llegó a la audiencia a pedido de fiscalía y querellas. Delia Gionvanola de Califano lo nombró semanas atrás en su propia declaración. Dijo que alguna vez en la redacción del diario Cox le contó que en los ministerios había listas de personas que estaban en lista de espera para quedarse con los hijos de los desaparecidos. Cuando se lo preguntaron Cox no lo recordó. Habló, sin embargo, de las mujeres que buscaban a sus nietos ya nacidos y desaparecidos, a quienes los militares habían secuestrado con sus padres. Mencionó el nombre de María Isabel “Chicha” Chorobik de Mariani, recordó el caso del matrimonio uruguayo Zaffaroni Islas, del abuelo Schroeder y la nieta del poeta Juan Gelman. Sobre los Schroeder dijo que hicieron una campaña para salvar la vida de los nietos, “como periodistas en tiempos de normalidad, pero no eran circunstancias normales”. También habló de la publicación de la foto de Clara Anahí, la nieta de Chicha. “Y seguimos con las Abuelas porque ellas hacían desde el principio algo muy importante. Yo hacía dos cosas –explicó–: alertar al pueblo que existía una asociación de los abuelos en los editoriales y poniendo a ellas en contacto con los corresponsales extranjeros. Y cuando era posible publicar noticias con notas sobre desapariciones en las que hubo chicos involucrados. Lo más importante en ese momento era saber dónde estaban los desaparecidos, dónde estaban.”
Cuando le preguntaron por las embarazadas, no lo sabía: “Creo que posiblemente yo no sabía de eso hasta que estuve en el exilio, pero era imposible pensarlo, inconcebible realmente”. Estando más tarde en Brasil un diplomático le dijo que lo que pasaba en Argentina “no es para tanto porque hemos tenido dictadores en América latina, pero lo que no puedo entender es el caso de los chicos”. El diplomático “hablaba así”, dijo Cox. “Y me toma mucho, hasta hoy, pensar que hubo gente capaz de dejar a una mujer dar a luz un bebé y después matar a la madre. Casi no puedo concebirlo, obviamente, yo no lo sabía.”
El 24 de marzo de 1976, Cox ya era director del diario. En ese momento llegó una orden del gobierno militar con las instrucciones acerca de cómo cubrir las noticias. “Al principio no había nada escrito, llamaron por teléfono”, explicó. Les dijeron que en el futuro no podían publicar noticias sobre ataques o hallazgos de cuerpos sin información oficial. Cox entendió aquello como censura. Un periodista se fue a Casa de Gobierno. “Volvió con un papel sin firma, ni nada, diciendo más o menos que no se podía publicar información sobre la violencia, sobre lo que estaba pasando, nosotros estuvimos publicando lo que pasaba cuando era posible y para tratar de confrontar los datos pedíamos en ese entonces los hábeas corpus, pensando que se podía decir que era información oficial.”
A medida que avanzaban las preguntas, el periodista que tiene 80 años recordó las reuniones con los jefes de la dictadura. Harguindeguy, dos encuentros con Videla y con Massera. Habló de los enfrentamientos entre Marina y Ejército. Dijo que Massera siempre “trató de seducirnos”. “Videla era un hombre nervioso, Massera era un hombre del mal.”
Uno de los encuentros con Harguindeguy le permitió volver a hablar sobre el cerco de noticias. El ex ministro le pregunta si sabía de la ESMA. Para entonces, ya se había escapado Jaime Dri del centro clandestino de la Marina. La información circulaba entre algunos periodistas. Harguindeguy lo indagó como si él mismo no supiera nada. “Pero obviamente sabía perfectamente bien cómo era la ESMA”, dijo. “También eso era una de las cosas que no estaban saliendo en los diarios y eso explica lo que pasó: porque cuando la gente puede ver y en ese entonces la gente veía lo que pasaba en la calle, pero cuando no sale nada, con alguna honrosa excepción, en radios, televisión, la gente no tiene que afrontar la realidad y puede evitarla porque no hay nada escrito. O hecho por los medios de comunicación.”