lunes, 25 de abril de 2011

“Es un procedimiento que tienen para ubicar a los hijos de subversivos”

Hilda Victoria Montenegro declaró durante más de dos horas en el juicio por “Plan sistemático de apropiación de menores” y en su testimonio dejó claro el entramado en el que fue apropiada por el coronel Herman Antonio Tetzlaff, jefe del grupo de tareas del Centro Clandestino de Detención "El Vesubio", y su esposa María del Carmen Eduartes. “Es un procedimiento que tienen para ubicar a los hijos de subversivos”, contó Victoria que Tetzlaff explicó al represor Santiago Omar Riveros, cuando indagó sobre lo que ocurría con los hijos de los militante secuestrados.
“Yo nunca tuve dudas, siempre creí que era hija de Herman y Mari”, así comenzó su relato la hija de Hilda Ramona Argentina Torres y de Roque Orlando Montenegro, desparecidos entre el 10 y el 13 de febrero de 1976. “La única duda que tenía era sobre el horario en que había nacido”, detalló Victoria quien hasta que la justicia le restituyó su identidad en junio de 2001 vivió convencida de que era la hija del represor y su esposa. Fue entonces que se enteró de que quién decía ser su padre era en realidad el coronel que lideró el operativo en que asesinaron a sus verdaderos padres, Hilda y Roque. “Para mí era todo mentira, porque él siempre me había dicho que había habido una guerra y que le habían armado una causa”.
Cuando la justicia comenzó a avanzar, Tetzlaff le dijo a Victoria (quien en aquel entonces llevaba el nombre de María Sol Tetzlaff) que la cosa se estaba complicando y que seguramente la harían hacerse los análisis en el Banco Nacional de Datos Genéticos, “que estaba manejado por las Abuelas de plaza de Mayo” y que por tal motivo seguramente el resultado sería que era hija de desaparecidos. “Alguien desde afuera puede creer que es ilógico que yo creyera eso, pero en la cabeza de uno, no”, aseguró Victoria, en un desgarrador testimonio que daba cuenta de lo difícil que fue para ella desarmar la mentira en la que había vivido. “Recién hace dos años que puedo decir que me llamo Victoria Montenegro, lamento no haber podido construir un vínculo con mis abuelos maternos, que eran militantes y entonces no los entendía, hoy ya están muertos”.
Victoria fue describiendo sus vivencias de la infancia y adolescencia, criada con severidad: “yo no podía sacarme un ocho, porque me fajaban”, aseguró. El represor además, desde niña llevaba a Victoria al cuartel, la sentaba a su derecha y la hacía participar de los relatos en los que describía los operativos que comandaba. La nieta también describió lo violenta que se volvió la casa de apropiada cuando Tetzlaff comenzó a ser citado por la justicia: “Las conversaciones terminaban siempre a los gritos con la 45 sobre la mesa”.
Victoria fue contando su historia a la vez que daba cuenta de cómo lentamente iba comprendiendo lo que había sucedido. Así el relato que comenzó dando cuenta de una joven que se negaba a conocer su familia, terminó lamentando no haber podido preguntar al apropiador dónde estaban sus padres: “porque estoy segura de que él lo sabía”. “Yo ahora entiendo un montón de cosas, sé por ejemplo que mi papá jamás habría terminado una conversación poniendo un revólver sobre la mesa, ni que hubiese torturado y disfrutado de contar sus proezas”, explicó entre sollozos.
Tetzlaff está muerto, pero muchos fueron los que colaboraron para que mantuviera su impunidad en años de democracia. El fiscal Juan Martín Romero Victorica fue uno de los señalados por Victoria, como los magistrados que mantenían a Tetzlaff al tanto de los avances de su causa: “Él siempre sabía lo que iba a pasar 20 días antes, porque Victorica lo llamaba por teléfono”. Romero Victorica fue quien le puso los abogados a Herman Tetzlaff para que pudiera sortear la justicia, e intentó convencer a Victoria de que armara un escándalo mediático para destituir al ex juez Roberto Marquevich cuando se encontraba al mando de la causa por su apropiación. “La última vez que lo vi fue para preguntarle cómo hacer para mantener mi nombre de apropiada, pero cuando vio mi DNI me dijo ‘Vos ya no sos más María Sol’, dejá que te voy a llamar, y nunca más me llamó”.
Luego de la declaración de Victoria Montenegro, la fiscalía y la querella de Abuelas de Plaza de Mayo pidieron que se investigue penalmente ante la Cámara Nacional de Casación Penal si el fiscal Juan Martín Romero Victorica incurrió en algún acto delictivo.

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