Por Carmen Urzola Maldonado
Mariana Zaffaroni Islas, nació el 22 de marzo de 1975. Un año después fue secuestrada junto a sus padres, ambos uruguayos, en el marco del Plan Cóndor. Recién en 1993, tras hacerse el análisis de sangre en el BNDG, recuperó su identidad.
El 14 de noviembre testificó ante el TOF Nº 6, en la causa por Plan Sistemático de Apropiación de Menores. Allí, habló de sus traumas, de sus padres biológicos -Jorge Zaffaroni y María Emilia Islas-, de sus apropiadores -el agente de inteligencia Miguel Ángel Furci y su esposa Adriana-, y también vinculó con su apropiación al represor Eduardo Ruffo.
“Hasta los 17 años creí que me llamaba Daniela Furci. Después de recuperar mi identidad el proceso de adaptación fue bastante lento, yo no me quería hacer cargo de mi historia. Pero cuando nació mi hija, todo empezó a fluir con mi familia. Ahora, al ver personas parecidas a mí, tengo la sensación de pertenecer. Esto yo no lo había sentido nunca a pesar de que tuve una infancia feliz”, relató.
Mariana contó que Furci le dio diversas versiones sobre su apropiación: “Me dijo que él no trabajaba en Automotores Orletti, lugar de donde me retiró, y que iba eventualmente. Ruffo le dijo que allí había una nena pero que para sacarme debía hablar con Gavazzo y Gordon. En una de esas visitas dice que vio a una mujer encapuchada, que él supone que era mi madre. Se encontraba con varios niños. Me dijo que me había entregado Aníbal Gordon pero también me dijo que me había recibido de brazos de mi madre cuando estaba en el avión que la llevaría a Uruguay”.
La nieta relató que siempre tuvo pesadillas con olas gigantes y mucho miedo al ruido de los baños. Cuando le preguntó a Furci por la razón de sus temores, él le respondió que no sabía y que le consultara a Ruffo. “Me reuní con Ruffo y le pregunté que había pasado al momento del secuestro de mi familia pero me respondió que había estado en muchos operativos y que no recordaba mi caso en particular”, declaró.
Además, Mariana dio detalles sobre la búsqueda de su abuela paterna. “Se comunicó con el nuncio apostólico y con monseñor Pío Laghi. Me sorprendió mucho que Pío Laghi le dijera a mi abuela que no sabía nada porque en 1982 y 1983 Furci recibió tarjetas de él”, advirtió. Luego, la joven entregó al tribunal una carpeta que le dio su abuela María Esther Gatti de Islas, quien trabajó con Abuelas de Plaza de Mayo, con las Madres y con su familia hasta encontrar a Mariana. En esa carpeta está toda la documentación de las diferentes diligencias que hicieron para encontrarla y también hay una copia de la película “Por esos ojos”, que pone énfasis en el proceso de búsqueda que llevó a cabo su abuela durante 16 años.
Pero la búsqueda continúa. María Emilia Islas y Jorge Zaffaroni continúan desaparecidos. Según tres testigos, la familia esperaba su segundo hijo al momento del secuestro: al parecer María Emilia llevaba tres meses de embarazo.
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